Bomberos al rescate

Asistimos a la entrega de unos servidores públicos cuya única recompensa es la satisfacción de salvar vidas

Las dramáticas imágenes de desolación y destrucción tras el terremoto ocurrido esta semana en Turquía y Siria se agolpan en nuestras retinas y generan un dolor inmenso y mucha solidaridad en el conjunto de la sociedad.

El desastre es inmenso y la pérdida de vidas de miles de personas nos deja un dolor de tamaño descomunal. Esta es una de esas situaciones en las que la naturaleza deja claro que acapara una enorme capacidad destructiva.

En este contexto y por agarrarnos a la esperanza, destaca el trabajo desinteresado y generoso de los equipos de rescate y de ayuda humanitaria; quiero destacar la labor de los bomberos que, desde numerosos países, han acudido a ayudar al rescate de personas atrapadas entre los escombros y las ruinas generadas por el terremoto.

Es emocionante ver cómo son capaces de sacar con vida a numerosas personas aunque toca más la fibra el rescate de niños y niñas que asustados, reciben con alegría el abrazo de los bomberos. Y es emocionante ver a estos profesionales abrazarse llorando de alegría ante cada rescate que culmina con éxito.

De nuevo, asistimos a la entrega de estos servidores públicos que arriesgan su vida y trabajan contra el reloj con una generosidad y caos cosa técnica inigualables, que tiene como única recompensa en la satisfacción de conseguir salvar vidas.

Viendo estas imágenes, pienso en lo importante que es poder disponer de servicios públicos, financiados con impuestos para disponer de las mejores condiciones de trabajo y la mejor capacitación técnica para atender adecuadamente las situaciones de catástrofe. Aquí y en el resto del mundo.

Los bomberos en terremotos, catástrofes naturales, accidentes e incendios, nos dan siempre lecciones que nos hacen sentir orgullo y gratitud. Y, por supuesto, policías, guardias civiles, miembros de la UME, sanitarios y voluntarios y cooperantes deben sentir nuestro aliento y gratitud porque también son protagonistas en estas situaciones.

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