Con absoluta sorpresa, y no menos estupor, hemos recibido la noticia de que la Junta de Andalucía ha denegado a la Universidad de Granada la implantación de dos nuevos títulos vinculados al acelerador de partículas y a la inteligencia artificial, los dos proyectos estratégicos y de mayor relevancia para el futuro de Granada. El Gobierno andaluz ha alegado “falta de demanda” y el rector, Pedro Mercado, anuncia alegaciones.

El máximo responsable de la UGR asegura no entender la denegación del grado de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial y la Ingeniería Eléctrica y Energética, así como el máster de Ingeniería Industrial, fundamentales todos ellos para desarrollar el proyecto del IFMIF-Dones y para mantener el liderazgo de la UGR en el panorama nacional e internacional de la IA.

Ni la UGR, ni cualquiera con dos dedos de frente, puede entender la denegación de estas dos titulaciones, máxime cuando la propia Junta de Andalucía y el Gobierno central están apoyando ese proyecto estratégico.

Esta incomprensible decisión del hijo predilecto de la provincia de Granada es un auténtico torpedo a la línea de flotación de la UGR, cuyo prestigio parece no caer de todo bien a quienes solo tienen ojitos para Sevilla y Málaga. Denegar esos dos grados, con los peregrinos argumentos esgrimidos por la Junta, es obligar a nuestra universidad a competir en escenarios tan exigentes con una mano atada a la espalda, mientras que la Agencia Digital Andaluza se va a Málaga, como ocurrirá muy probablemente con el grado de IA, lo que demuestra el favoritismo de la Junta con algunas provincias y lo lejos que está la “equidad” en la acción del Gobierno andaluz.

La decisión de Moreno Bonilla además de incomprensible tiene toda la pinta de ser arbitraria, porque la UGR cumple sobradamente con todos los parámetros para poder impartir esas enseñanzas, como queda acreditado por sus ranking internacionales y el nivel de sus investigadores, circunstancias ambas que no se dan en el resto de universidades andaluzas.

Es un insulto a la inteligencia que la misma Junta que se comprometió a que Granada fuera la “capital andaluza de la IA”, entre otras cosas porque ya lo es en lo académico y en el terreno de la investigación, sea la que ahora se opone a dotar a muestra universidad de las herramientas imprescindibles para ello.

¿Saben ustedes lo que me sorprende extraordinariamente? Pues que todos aquellos que se envuelven en la bandera granadina para cualquier chuminá campestre, no hayan rechistado ante semejante amenaza para el futuro económico, laboral y universitario de Granada... Bien es cierto que quien se mueve no sale en la foto.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios