La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

Olona a lomos de la Tarasca

Cuando Moreno fijó el 19-J, igual no calculó el favor que le hacía a la candidata de Vox, experta en hacer suyas fiestas y tradiciones

Tarasca de Granada

Tarasca de Granada / PS

Si algún granadino hubiera pasado los últimos años en una estación experimental de la Antártida, en una plataforma petrolífera noruega o en un cortijo de La Alpujarra con la miserable rayita de cobertura que no da ni para hacer una llamada, y todo ello sin interés ni vocación de seguir la actualidad política; si hoy volviera a su piso de Alminares, con 5G y fibra óptica, plataformas, radio podcast, suscripción a todos los digitales, si se diera de alta en Twitter, Instagram, Tick Tock o Twitch y entrara en los grupos de whatsapp de sus amigos, colegas de trabajo, vecinos o usuarios del gimnasio… No entendería nada.

¿Por qué hay un nombre, Vox, y una cara, la de Macarena Olona, que hoy están por todas partes? Un partido que, según sus recuerdos, se declaraba de ultraderecha y parecía algo trasnochado. Y una mujer que cuando él hacía la maleta era todavía una anónima abogada del estado en el País Vasco de la que nunca había escuchado nada. Hoy es Macarena de Graná, aspira a ser presidenta de la Junta de Andalucía y no se habla de otra cosa.

Más allá de las modas mediáticas y de que esta formación haya incorporado el marketing político que mejor se ajustan a estos tiempos, para el desarrollo de la campaña de las elecciones que se celebrarán el próximo 19 de junio en Andalucía hay que reconocer que Vox y Olona se han convertido en la piedra angular. Y no todo es por su culpa, es que los demás bailan alrededor.

Salvo que el PP de Juanma Moreno consiguiera la cada día más complicada mayoría absoluta, las posibilidades de revalidar la investidura pasan ahora por Macarena, de una forma u otra. Por otra parte, algunos de los que están cansados de Podemos, aquel partido que llegó para cambiarlo todo, no miran mal a ese Vox con una careta de antisistema. Algo parecido pasa con el antiguo votante de Cs menos ideologizado. La otra gran clave del protagonismo de los de Abascal en esta campaña es la de un PSOE que lo fía casi todo al miedo a Vox. Juan Espadas, aquel alcalde de Sevilla cuando nuestro granadino se fue a la Antártida, es ahora la opción electoral del simpatizante socialista. Su discurso es claro: el PSOE es la única garantía de que la derecha de la derecha no acceda al Gobierno andaluz. De nuevo el mismo partido en el centro de la ecuación.

Si a nuestro granadino retornado le da por vivir un Corpus como los de antes, con sus cabezudos, su Plaza BibRambla, sus chacolines, sus columpios y su noche de feria en Almanjáyar –o ese almuerzo entre el polvo y la gota gorda de sudor–, ahí tampoco se va a librar, seguro. Tal y como ha discurrido la Semana Santa, es de esperar que las fiestas de Granada, justo en los días previos al domingo electoral, sean un desfile para los candidatos.

Lo que Juanma Moreno quizás no calculó al fijar la fecha de las urnas era el favor que le hacía a su contrincante de Vox, que es una experta en hacer suyas las fiestas populares y tradiciones religiosas. Su aperitivo es la Feria de Sevilla. Tras el anuncio del 19-J lo primero que hizo fue ir allí a probarse un traje de flamenca, o varios, que la semana es larga y además tiene de postre de campaña el Corpus de su Graná. El lugar que eligió para empadronarse es Salobreña, uno de los sitios a los que se van los granadinos que huyen del Corpus. Pero eso es lo de menos, un formalismo, porque es Macarena de Granada, y en sus días grandes se moverá como pez en el agua, como ya demostró el año pasado durante la misa en la Catedral, donde no hubo precisamente paz de hermanos con la que encabezará la lista del PP, Marifrán Carazo. Cualquier cosa que haga ruido, buena es. Aunque implique ver cruces invertidas en las luces de Navidad o a menores extranjeros que tiran piedras a la Virgen el Jueves Santo. (Aunque esto último, que sepamos, no se le puede poner a Olona en el currículum, porque ha sido cosa del Vox más local).

Es posible que Espadas, como exalcalde de la ciudad de la feria de las ferias, piense que en una esprint final con albero él tiene las de ganar. O que Moreno crea que su imagen de hombre beatífico puede darle el arreón definitivo en esta tierra el día de la Custodia en la calle. Pero quizás ninguno imagina que Macarena es capaz de mucho más, porque puede subirse a lomos de la misma Tarasca, ese dragón que sostiene a una maniquí tan querida como odiada, pero a la que nada ni nadie gana en popularidad. ¿Será por eso que ya practica sobre un caballo?

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