La 'Gran Sultana', una Granada calcada sobre Nicaragua
Planeta Granada
Sus habitantes presumen de vivir en la ciudad más bonita y visitada de todo el país
Como su homónima andaluza, ofrece mar, montaña y también es cuna de grandes poetas
Granada/"Todas las ciudades tienen su encanto, Granada el suyo y el de todas las demás", Antonio Machado. "Si tuviéramos que visitar una sola ciudad en España, esa debería ser Granada", Ernest Hemingway. Se cuentan por cientos los escritores y viajeros de todo el mundo que a lo largo de los tiempos han registrado con frases lacónicas el hechizo que algún día les causó Granada. Pero nadie se aventuró a establecer un paralelismo entre la tierra que soñó Agustín Lara y su homónima nicaragüense, que hace honor al peso de la belleza que comporta llevar por nombre la fruta originaria de la Madre Patria, pues sus edificios, sus calles y su entorno natural son de un incalculable valor patrimonial y paisajístico.
Porque este serial, que ya ha paseado por la Granada ubicada en una provincia que tiene un nombre muy 'malafollá' y se ha adentrado en el esplendor pretérito de la capital andaluza, probablemente nunca encuentre una Granada tan parecida a la que le da nombre a este periódico como la que hay en Nicaragua. Enclave colonial y considerada la ciudad más bonita del país, Granada es conocida como la 'Gran Sultana' por su atractiva piel morisca. Como la situada a las faldas de la Alhambra, la de Latinoamérica conjuga tradición y modernidad. Ha sido cuna de grandes poetas y ninguna otra urbe en toda la nación es visitada por tal cantidad de turistas como esta.
En su arquitectura predominan los trazos propios del periodo colonial, aunque también se aprecian detalles del neoclásico. No en vano, la Granada nicaragüense es una de las ciudades coloniales más bellas y mejor conservadas de América Latina. De entre sus edificios destaca la Catedral de la Inmaculada Concepción de María. Una portentosa estructura de tonos amarillos que domina el skyline y que ha sido testigo de la historia de la ciudad desde que fuera levantada en pleno corazón de ésta allá por el siglo XVI. Un incendio provocado por piratas norteamericanos al mando de los cuales se encontraba el tristemente célebre filibustero William Walker afectó a numerosas iglesias de la capital departamental. Evidentemente la casa episcopal no fue una excepción, y algunas de las estructuras más bellas del templo de estilo neoclásico fueron destruidas en este atentado patrimonial cometido en 1856. Su reconstrucción se estimó en miles de córdobas.
El córdoba es la moneda oficial de Nicaragua. Su nombre se lo debe al capitán Francisco Hernández de Córdoba, que nada tiene que ver con el Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba. El primero fundó en la segunda década del siglo XVI tanto la ciudad objeto de este reportaje como su antagonista León. Existe una relación entre la divisa de la nación, Granada y su catedral. Y es que en el anverso de los billetes de 100 córdobas (unos 2,70 euros al cambio) aparece la imagen la de la fachada de este templo. En el reverso, un coche de caballos que simboliza la ciudad. Y hablando de símbolos, la excepción que confirma la regla de que una ciudad es un calco de la otra está en su escudo, en el que están representados casi todos los antiguos reinos españoles. Uno de los que no aparece, como no podía ser de otra forma, es el de Granada.
Pero este núcleo de 105.171 habitantes según el último censo nacional de 2005 –unos 130.000 atendiendo a las estimaciones actuales– no sólo destaca por el colorido de sus calles y edificios que le han valido el título de 'París de Centroamérica'. Como la ibérica, la Granada nicaragüense presenta una inigualable geografía física que supone un añadido a su completa oferta turística.
El municipio se encuentra a orillas del Lago Cocibolca, o Gran Lago de Nicaragua, un particular cuerpo de agua dulce cuyos 8.264 kilómetros cuadrados lo convierten en el tercero más grande de América Latina y que presenta dos particularidades: su oleaje y mareas como si de un océano se tratase y el hecho de ser el único lago de agua dulce del mundo en el que habitan tiburones y otras especies como peces sierra. El Cocibolca también alberga 360 islotes, conocidas como isletas de Granada, y dos volcanes trufados de abundante flora y fauna. Al sur de la urbe, el Parque Nacional Volcán Mombacho, donde también se pueden encontrar plantas y animales endémicos y únicos en el mundo. Así que como la andaluza, la Granada de Nicaragua también ofrece mar y montaña.
Pero si aún no está convencido de que la historia y la madre naturaleza se pusieron de acuerdo para escribir la crónica de estas dos ciudades con idéntica pluma y pergamino, ahí va una coincidencia más. Al igual que la coronada por la altas cumbres de Sierra Nevada, la centroamericana tiene su propio Festival Internacional de Poesía que se desarrolla en plazas y parques como el Colón (también llamado Parque Central) o el malecón a orillas del Cocibolca. Porque sí, Granada –no importa si a estas alturas no es capaz de distinguir a cuál de las dos se alude– es cuna de poetas. En la de Nicaragua nacieron Joaquín Pasos, José Coronel, Ernesto Cardenal... la lista es extensa. Y hasta Rubén Darío, la figura por excelencia de la poesía nicaragüense, pasó por allí. ¿Por dónde si no?
"Nicaragua es Granada, lo demás es monte", acostumbran a decir sus habitantes con henchido orgullo chovinista. Una variante local del dialectal 'chavico' "Como Graná no hay ná". Cuánta razón a uno y otro lado del Atlántico.
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