Juana Rivas pierde la custodia de sus hijos en Italia
El Tribunal de Cagliari otorga el cuidado de los dos menores al padre, que ya vive con ellos en Italia desde que la madre de Maracena tuvo que entregarlos a la Guardia Civil en agosto de 2017. Los servicios sociales tendrán que hacer seguimiento.
Juana Rivas también ha perdido la guarda y custodia de sus dos hijos en Italia. El Tribunal de Cagliari ha concedido en exclusiva el cuidado de los menores al padre, el italiano Francesco Arcuri, según la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico.
Juana Rivas tendrá que conformarse con un régimen de visitas de los niños que incluye los fines de semana alternos si ella fija su residencia en Italia o uno de cada cinco si la madre vive en España. Así lo ha decidido el juez que llevaba el caso civil en el juzgado de la isla de Cerdeña.
Los dos hijos podrán estar también con su madre en España durante el verano, entre el final de la escuela y la primera mitad del mes de agosto. Las vacaciones de Navidad se deberán alternar con el padre.
Los dos menores viven en Italia (en la Isla de San Pietro del sur de Cerdeña) con su padre desde que éste los recuperó en agosto de 2017 en Granada, cuando Juana Rivas se vio obligada a entregarlos en la Comandancia de la Guardia Civil, después de un mes de estar en paradero desconocido.
La semana pasada la Audiencia de Granada ratificó la condena de 5 años de cárcel que un juzgado de lo Penal de Granada impuso a Juana Rivas por los delitos de sustracción de menores en aquel verano en que la madre se negó a entregar a sus hijos al padre porque lo acusaba de supuestos malos tratos. La sentencia también inhabilita a la madre al ejercicio de la patria potestad de sus hijos durante 6 años.
El decreto del Tribunal italiano notificado el 20 de marzo literalmente dispone la custodia de los dos hijos menores de Juana Rivas y Francesco Arcuri "en favor de Francesco con ejercicio exclusivo de la responsabilidad paternal y residencia en el lugar paterno", según la traducción de la sentencia.
El juez también establece que la obligación de que los servicios sociales de Carloforte hagan un seguimiento al núcleo familiar y, en particular, al contacto entre los niños, el padre y la madre. Habrá informes trimestrales que deberán llegar al tribunal que ha puesto la sentencia. También tendrán que hacer un control los profesionales educativos.
La decisión final del tribunal de Cagliari es coincidente en lo esencial con las recomendaciones aportadas hace meses por la perito psicóloga italiana, que trabajó durante casi 5 meses en un informe aportado al proceso judicial por la custodia de los niños.
Al final de las 177 páginas del informe entregado el pasado verano al juez italiano, la psicóloga que firmaba el trabajo proponía que la custodia de los dos niños se otorgara en "exclusiva" al padre, aunque hace mucho hincapié un seguimiento o "monitoreo" constante de los niños por parte de los servicios sociales locales en la isla italiana donde actualmente residen los menores.
Ese control de especialistas externos se traduciría en informes trimestrales "detallados" al juez competente. Además propone la psicóloga un aumento de la "asistencia en el hogar del educador de la familia paterna", con más horas y días semanales.
Respecto a la madre, la perito proponía un régimen de visitas en fines de semana alternos, desde el viernes hasta el lunes, en Italia (limitado a la región de Cerdeña). Y siempre que informe al padre de la dirección donde se van a encontrar. También estaría autorizada a desplazar a los niños a España un fin de semana de cada cinco. También abría la puerta a que los niños puedan pasar más tiempo en nuestro país durante las vacaciones de verano y Navidad. Pero del mismo modo que antes, en ese tiempo de estancias con la madre, la especialista recomendaba que esté "supervisada por los servicios sociales".
En la sentencia del pasado 14 de marzo, el juez ordena comunicar la sentencia a los servicios sociales de Carloforte, al Ministerio de Justicia de España, a través de la Embajada italiana en Madrid o de la Embajada española en Roma.
La supervisión recomendada por la perito psicóloga se basaba en unas conclusiones demoledoras sobre la estabilidad familiar, pero sobre todo respecto a Juana Rivas. Una madre con "un funcionamiento mental patológico" y gran capacidad de "manipulación", un padre con dificultades para expresar sus sentimientos, y dos hijos de 4 y 13 años en una "situación psicológica extremadamente difícil" y con "profundo sufrimiento". Esta era la radiografía de la familia de Juana Rivas que hizo la perito en este proceso.
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