El 'Brexit' de Sebastián Pérez
Sebastián Pérez dimite como presidente del PP de Granada
La falta de apoyo del partido, al que acusa de "presiones brutales", ha motivado la decisión
Mantiene su acta de concejal pero deja la responsabilidad de Contratación
Tras las innumerables crisis, tensiones, y batallas políticas, nada hacía presagiar que finalmente el presidente del PP de Granada, Sebastián Pérez, dimitiera al frente del partido provincial. La gota que colmó el vaso: la imposición del partido a votar a favor de una comisión de contratación municipal propuesta por Vox y presidida por “la extrema derecha” para fiscalizar su trabajo en la concesión de los grandes contratos de la ciudad.
Un tema que ha sido la puntilla para tomar una decisión que sorprendió por el momento pero que no extrañó ya que se barruntaba desde hacía tiempo por su delicada situación interna en el partido y que se ha ido estirando para producirse dinamitando al PP y al bipartito.
Porque Pérez se va –del partido, porque aunque renuncia a Contratación, se mantendrá como primer teniente de alcalde y concejal de Presidencia y Relaciones Institucionales, “a no ser que me las quiten”– y lo hace ‘matando’, con críticas sin paliativos a las direcciones nacionales y regionales del PP, a Vox, a Cs y al alcalde, Luis Salvador, con quien nunca ha tenido una relación fácil pese al matrimonio de conveniencia del ‘gobierno del cambio’.
Todo comenzó en el punto 3 del Pleno municipal, donde debatía la composición de la comisión de control de grandes contratos que se aprobó en diciembre a propuesta de Vox y a la que él se opuso. Ya se sacó el as en la manga de votar a favor pero si la presidía el PSOE, pero el alcalde lo ha desautorizado y la ofreció de nuevo a Vox.
Pérez desveló “presiones bestiales” del PP para apoyarla y por eso rompió la baraja. Tras decir que no podía “perder en este Salón mi honor y mi dignidad”, salió y anunció que había presentado su dimisión “irrevocable” como presidente del PP porque entiende que “cuando uno no tiene ni el apoyo, ni el respeto ni el respaldo de la dirección nacional, del secretario general, ni de la dirección regional en la persona del presidente del PP de Málaga, es muy difícil hacer política”. Se sentía “echado y desautorizado”. Tras siete meses de bipartito y ceder la Alcaldía a Cs por el pacto nacional entre los partidos, Pérez habló claro y acusó al PP de “vender” a Granada el 15 de junio.
El ya expresidente no se ha sentido apoyado por su partido en el conocido 2+2 (el PP apoyó en este debate a Cs) y ha criticado que todavía no hayan tenido la dignidad y la “vergüenza” para venir a Granada a explicarlo. Y ahí es cuando le llovieron las críticas a las direcciones del PP. “Si esto lo están haciendo donde ganamos, qué no donde se pierde”, criticó, asegurando que está “convencido cien por cien” de que el PP andaluz y nacional van a dejar los cuatro años de Alcaldía a Luis Salvador.
“¿Por qué la dirección nacional en vez de a sus siglas defiende a las número cinco, qué hay detrás de eso? Se vendió Gra nada, hay que decirlo así de claro, fue una venta, un cambio de monedas. Ya llevamos en nuestro corazón lo que nos hicieron en el 79 y nos lo han vuelto a hacer. Por un grupo de Cs que está deshecho, que si hubiera elecciones tendría un concejal”.
Pérez explicó que ha intentado “ir avanzando” por la ciudad “pero cuando he visto que este señor [por el alcalde ] con un concejal y medio está gobernando como si tuviera veinte, ¿por qué va en esa prepotencia? Pues porque tiene el espaldarazo de la dirección regional, me constan encuentros y relaciones muy fluidas con miembros de la Junta de Andalucía y con la dirección nacional” del PP. “¿No hablas con tu presidente provincial y hablas con un señor que no es de tu partido? ¿Por qué amparas a un partido muerto políticamente hablando?”.
Así, sobre el futuro del bipartito, dijo que “habrá que preguntarle” al alcalde, dejando en el aire que se llegue a concluir el mandato. “Se ha obligado a mis compañeros a estar en una posición opuesta a la que defendemos. No puedo entender por qué defendemos a una persona que es la quinta fuerza, no puedo entender como granadino por qué se vendió la ciudad de Granada. Llega un momento donde el límite y las líneas rojas no se pueden traspasar”, dijo.
Pérez habló de nuevo del pacto de Alcaldía y dijo haberse sentido traicionado, desvelando ahora que lo llamaron a las 10:10 horas para decirle que tenía que votar a Salvador para “sacar adelante Málaga y Murcia”. Y todavía está esperando las explicaciones de la dirección del PP. Fue el secretario general, Teodoro García Egea, el que cerró el pacto. “Todavía no han tenido la vergüenza de venir a explicarlo”, acusó, dando muestra de una mala relación, que es recíproca.
“No me hubiera gustado salir de esta manera después de una trayectoria intachable en el partido, pero la dignidad es lo primero”, repitió. Contra Salvador dijo que la comisión es “una tropelía” y le acusó de ir de “sobrado”. “En la vida hay que vestirse por los pies”, dijo, y habló de “componendas” entre Cs y Vox. “Que explique qué ocurre entre él [por Luis Salvador] y Vox y qué están cociendo debajo de la mesa, porque yo no voy a apoyar esas circunstancias”, dijo. “Si yo fuera el alcalde, estaría muy preocupado”.
Sobre lo que pase a hora en el partido, aventuró que será Pablo García su sucesor, “pero no le extrañe que hagan cualquier tipo de estrategia por que lo que hay detrás también es un trasfondo orgánico”, la lucha entre el nacional y regional por poner a su candidato. “Quieren una dirección dócil, que haga sus componendas”, dijo.
Y dejó el interrogante del futuro: “Si piensan que pueden jugar a los barquitos con los partidos, se van a dar cuenta dónde está la fuerza de las provincias, pero yo no he tirado ninguna toalla, yo soy consecuente y serio”, pero “en este momento no veo seriedad en mi partido”.
Pérez lamentó que se le haya “forzado” a abandonar. “He aguantado la operación Nazarí, después te meten en otra cosa, gano un congreso, te hacen una denuncia, la gano y nadie te llama para decirte enhorabuena. Me siento echado pero tengo que dar este paso, no puedo seguir haciendo el ridículo. Sebastián Pérez no es un jarrón chino”, defendió.
De sus compañeros sólo nombró a “Carlos Ruiz Cosano, Pepa Rubia y especialmente a Francisco Fuentes, que hasta el último segundo han dicho presidente, lo que votes lo votamos”. Al resto, no le dio “tiempo”, evidenciando la división interna en el propio grupo.
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