¿Quién da los carnés de 'progres' y 'regres'? Los derechos humanos deberían ser transversales.

El golpe estratégico de poner a Macarena Olona se ha diluido y en su lugar ha triunfado otra candidata casi antagónica.

Los que aspiran a hundir el sistema político menos imperfecto no están en desiertos remotos ni en montañas lejanas.

El alcalde de Maracena y secretario de Organización del PSOE andaluz ya sabe mucho de campañas: su tono y su rostro están lejos del optimismo, aunque confía en el peso de las siglas.

No quiere hablar de Vox, solo de su gestión como consejera de Fomento de la Junta, pero sí lleva a gala la decisión de mantener su residencia familiar, para seguir pegada a la provincia. "No voy a tolerar que nadie me dé lecciones a mí de cómo cuidar el entorno y respetarlo”.

Unos tiran de gestión, otros apelan a la rosa en el corazón y Olona, enlatada. Mientras, a la campaña le falta ardor.

El ciclismo ya no es el deporte en el que Bahamontes paraba a comerse un helado en una cima del Tour de Francia para esperar algún coche que le ayudara.

Al ciudadano se le habla de la legalidad del padrón y vuelve a sentir que sus políticos están lejos de la realidad. En la Tierra preocupan otras cosas. Así se las ponían a... Macarena Olona.

Para la ministra de Transportes, el progreso estaría reservado a las mesetas, mientras que los lugares montañosos tendrán que conformarse con poner tirolinas.

Tuvo que seguir por la tele y desde la cama el último pleno, que será recordado por la crispación. No lo merecía.